Por: Jorge Gracia Desde la segunda guerra mundial, que terminó en 1945, la economía mundial no ha enfrentado la clase de fuerzas disruptivas que han surgido en los últimos 12 meses. El periodo de expansión del comercio internacional, que se disparó a partir del 2003 con la entrada de China a la Organización Mundial de Comercio, ha sufrido un freno abrupto derivado de la guerra comercial de EU con China.
Esto ocurre en un contexto de cadenas de valor globales desarrolladas durante décadas, lo cual ha generado incertidumbre y el congelamiento de la inversión en Estados Unidos. La sustitución de importaciones no es físicamente posible para la economía estadounidense, por el simple hecho que está en pleno empleo. En otras palabras, las empresas no encuentran personal para llenar las vacantes. Las vacantes superan en más de un millón de plazas al número de desempleados. Uno de los motivos subyacentes de las medidas proteccionistas, es la saturación de mercados. Como ejemplo, la venta de autos en el mercado de EU está en el mismo nivel que en 1985. El mercado automotriz lleva 34 años estancado. Las exportaciones son la savia de la economía mexicana. ¿Cuáles serán las implicaciones para las exportaciones de este nuevo contexto que continuará en la próxima década? El escenario global enfrenta riesgos puntuales que van desde la despoblación de China y Europa, hasta la posibilidad de un giro hacia el populismo en EU. El modelo de la Reserva Federal de NY basado en la curva de rendimientos, asigna -con datos a septiembre- una probabilidad de 34.8% de recesión en los siguientes doce meses, muy similar a las probabilidades generadas por el modelo en los periodos previos a las últimas ocho recesiones. En lo interno, la contracción de la inversión ya está cobrando la factura al empleo y al consumo. Este nuevo entorno de la economía global y doméstica tiene implicaciones críticas para los negocios. Identificar y analizar el cambio de paradigmas, las amenazas y oportunidades que se derivan de un escenario disruptivo, incorporar los cambios en las estrategias de negocios, en la asignación de recursos y en los presupuestos es tarea del top management de las empresas. Es importante contar con herramientas de análisis -estratégico y financiero- que ayuden a la planeación y toma de decisiones en las empresas.