El riesgo: Tan importante como las utilidades.
Como aparece en la misión de muchas empresas, de esas que se cuelgan en la recepción, un objetivo universal de los negocios es otorgar un rendimiento satisfactorio a los inversionistas.Esto normalmente va en las declaraciones con tratar bien a los empleados, exceder las expectativas de los clientes y practicar valores.
Hay muy diversas maneras de intentar darles un rendimiento satisfactorio a los inversionistas.
Una es tomar el efectivo de la empresa y mandar al más suertudo de los ejecutivos a Las Vegas. Si le pega a la ruleta varias veces, las utilidades van a superar el presupuesto y seguramente el rendimiento va a exceder las expectativas de los inversionistas. Ya será problema de los contadores como registrar esas ganancias.
Algo menos atrevido es entrar en áreas donde la empresa no tiene experiencia y apostarle al crecimiento de un mercado que conocemos poco, o bien a una industria que depende del precio de una materia prima.
Hay ejemplos notorios en el ámbito internacional y nacional de empresas que han incursionado en nuevos territorios, nuevos segmentos de mercado o nuevas industrias confiando en sus capacidades de gestión o en su fortaleza financiera, solo para darse cuenta al cabo del tiempo que el crecimiento de los negocios tiene sus reglas. No significa que no sea conveniente o inclusive necesaria la diversificación, sino que conlleva riesgos.
General Electric está saliendo del negocio financiero, para concentrarse en los sectores donde tiene ventajas competitivas. Pero General Electric tiene la capacidad financiera para darse el lujo de probar en nuevos negocios y retirarse. Las empresas medianas y pequeñas no están en esa posición.
Seguramente habrá algunas quiebras de empresas de energía que le apostaron al fracking, y lo que parecía ser el negocio del siglo, pasó en dos meses a ser el epílogo de una fiesta en la que parece que alguien hizo la mala broma de apagar las luces.
Eso se llama riesgo. Todos los negocios implican un riesgo.
Para unos el mayor riesgo puede ser el ciclo económico (ej.: construcción), para otros puede ser el envejecimiento de la industria o la aparición de productos sustitutos o nuevos productos con ventajas tecnológicas (Kodak). Otros compiten en mercados donde la entrada de jugadores con nuevos modelos de negocio (Netflix), alteran el modus operandi de la industria y los tradicionales quedan relegados o atendiendo a nichos.
Así son los negocios. Evaluar el riesgo estratégico y financiero de las inversiones es una función crucial de la alta administración. En teoría en economías desarrolladas, los mercados financieros se encargan de valuar a las compañías, no tan sólo en función de su rentabilidad, sino también en atención al riesgo que ofrece la industria y cada empresa en particular.
Los mercados hacen la valuación utilizando costos de capital diferenciados para distintos niveles de riesgo. Entre mayor certidumbre tengan los flujos de efectivo esperados, menor será el costo de capital o rendimiento exigido. Entre mayor sea la incertidumbre, el rendimiento mínimo esperado será mayor y el valor de las acciones será calculado con tasas de descuento superiores.
Por eso vemos acciones consentidas por los mercados, que consistentemente se pagan a múltiplos de utilidad elevados. Son títulos de empresas de bajo riesgo con una historial relativamente estable de utilidades.
Administrar el riesgo estratégico, operativo y financiero redundará en mayor certidumbre en la generación de efectivo, menores costos de financiamiento y por consiguiente mayor potencial de crecimiento.
Las herramientas para analizar algunos tipos de riesgo pueden ser muy sofisticadas, basadas en complejos modelos estadísticos, pero también se pueden utilizar herramientas más comprensibles de análisis financiero y estratégico que permiten detectar a tiempo las señales que advierten un deterioro en los factores de riesgo.
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